Saturday, March 11, 2006

Asesinos

Supongo que es motivo de indignación el ver que se derramó sangre de niños inocentes.

"Motivo de indignación". ¿Se dan cuenta de lo cliché que es esa frase? ¿Y por qué dije "supongo"? Creo que porque las cuestiones morales están tan trivializadas que ya ni sé en qué sentido interpretar palabras como esas, incluso cuando yo las diga.

Sí, un tipo joven, más o menos de mi edad, salió asesino por problemas sentimentales. O, al menos, ése fue el detonante. A mí francamente no me sorprendió mucho. Los psicópatas abundan en todas partes. Aquí en Nuevo León, en lo que va del año, ha habido varias ejecuciones a plena luz del día. El narco se ha extendido a lo largo de toda la república (gracias, Fox) y, en fin, sólo digamos que, entre nuestros propios dirigentes los asesinatos, las amenazas y los secuestros son rutina.

Entonces, ¿por qué nos escandalizamos tanto por el asunto de Diego Santoy? Tal vez porque separamos mucho la esfera del poder del de la vida del ciudadano promedio. Es normal ser un desquiciado sociópata si se está dentro de la política, o del comercio, o del narcotráfico. Y, bueno, también es en cierta medida comprensible si se vive en los estratos más bajos y oprimidos de nuestra sociedad. ¿Pero pensar que un burguesito de clase media, estudiante de ingeniería que apenas comienza a hacer su vida, puede matar a dos niñitos? Eso sí que es "motivo de indignación".

Nos encanta buscar chivos expiatorios. Es una de nuestras principales aficiones. Y por eso tantos cientos de personas que no tienen vela en el entierro van e insultan a los Santoy y reabren la absurda discusión de la pena de muerte, la cual, por cierto, no llega a ningún lado. Y si eso sucede, precisamente es porque a nadie le interesa en realidad. Es sólo una función más en el circo social.

Morbo, animalidad, distanciamiento esquizoide. Todo esto hace que cuestiones que debieran ser importantes se transformen sólo en una forma más de entretenimiento. Porque, verdaderamente, no hay alguien no apegado a la familia de esa muchacha o de los Santoy que sienta una auténtica pena por lo sucedido. Simplemente les gusta ver la televisión. Además, ¿quién quiere preocuparse de los propios problemas? Mejor desquitémonos con otro, hagamos como que estamos "indignados".

Ya mejor aquí lo dejo. No es como que pueda hacerse mucho al respecto, como quiera.

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